Son deliciosos pastelitos, tartas en miniatura con decoraciones
fantasiosas y colores apetitosos…los cupcakes,
son la última tendencia del mundo de los dulces.
Vienen de Estados Unidos y su traducción literal es “pastel de
taza” (cup =taza, cakes = tarta), ya que la taza era tanto la medida de volumen utilizada en su
preparación, como el recipiente en lo que se horneaban.
Imagen oh!cupcakes
Aunque la fiebre de los cupcakes en Europa es bastante reciente, estos pasteles de formato monodosis empezaron a ser glamour tras su aparición en la serie “Sexo en Nueva York” donde Carrie y sus amigas enseñaron que los cupcakes eran cool, curaban de cualquier tipo de desencuentro con la vida y que de que no engordaban (¡siempre que no se abuse!)
El boom de
los cupcakes, con sus decoraciones alegres, adorables y algo naïf, también
está relacionado con el gusto por lo
“mono” que ha vuelto en la reciente
cultura del pop y vintage.
La masa básica de los cupcakes es muy similar a la de las magdalenas, y lleva harina, azúcar, levadura, huevos, mantequilla y leche en cantidades variables según las recetas. A partir de ahí, hay muchas variantes con otros ingredientes. En definitiva es permitido dar libero arbitrio a la fantasía e imaginación chocolate, fruta, zanahoria, queso fresco, galleta, frutos secos, especias...
A parte por el parecido de la forma, los cupcakes no son magdalenas, no solo porqué llevan una cobertura decorativa sino porqué tienen una textura de la masa mucho más jugosa y esponjosa. Normalmente se mezclan los elementos secos por un lado y los líquidos por otro, se juntan y se hornean en moldes como los de las magdalenas. En cuanto a las coberturas, su mundo es infinito como el Universo: vale todo con tal de que sea colorido y apetitoso.
Yo diría que un cupcake es un pastelito en forma de magdalena glamurosa, con maquillaje (frosting) y mucho más rica y bonita, es como una pequeña tarta individual.
¿Y tú que opinas?
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